27 feb 2012

5. Estrés

Esta semana ha sido muy ajetreada. Ni siquiera he podido platicar con mis amigos, solo el tiempo que permanecemos en la escuela. Mi proyecto terminal ha absorbido ese tiempo, pero me lo he ganado al confiarme y no planificar mejor mis actividades además me olvidé de realizar el proyecto durante las dos primeras semanas de clases.


No sé cómo es el último año académico en otras carreras. En Diseño, lo dedicamos al desarrollo y realización de un proyecto integral, en donde es deseable aplicar todos o la mayoría de los conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera. Hay quienes aprovechan un proyecto real en que trabajan como freelance, quienes crean su despacho de diseño si el maestro permite trabajar en equipo. También hacen cortometrajes con diferentes técnicas, o hacen libros, desde ilustrados hasta de teoría del diseño; las posibilidades son infinitas.


Mi proyecto consiste en la elaboración de la marca para un pequeño negocio que va comenzando: se trata de muñecos tejidos a crochet, o ganchillo, y accesorios con la misma técnica. También incluye la realización de empaques y un juego de memorama con los colores primarios y secundarios. Un juego didáctico para los pequeños que comienzan a aprender los colores y sea de manera divertida. Incluye muñequitos tejidos, uno de cada color, las tarjetas y el instructivo que es dirigido a los padresSe planea introducir, a un mediano plazo, otro tipo de productos como playeras con ilustración estilo kawaii (termino japonés para denominar todo aquello que causa ternura o que se ve lindo).


La verdad, estoy un poco ansiosa, preocupada. Solo tengo cuatro días para entregar todo esto y, sinceramente, voy muy atrasada. Diría que llevo un 50 por ciento, aunque temo que sea menos. Si logro el 70 por ciento, en este día lunes, estaré optimista el resto de la semana. Es cuestión de ajustar las medidas de los empaques a partir del tamaño final de los productos, y hacer algunos muñecos más. ¡Y todavía falta realizar el video de presentación! ¿Porqué llevo tan poco si, se supone, llevo un año trabajando en esto? Había comenzado a realizar un libro ilustrado pop-up, y también comencé a elaborar estos muñecos (amigurumis) para tener un dinero extra que ahorraría para la impresión de ese libro. Sin embargo, cuando observé que éstos muñequitos tenían éxito, pensé en las posibilidades que tenían para sacar mayor provecho y en seguida surgió la necesidad de una marca. Era un proyecto integral: abordaba casi todas las áreas de conocimiento aprendidas en la carrera. Decidí cambiar el libro por los muñequitos en el segundo trimestre del proyecto, por lo que me restó tiempo, aunque no demasiado como para retrasarme tanto, en gran parte fue culpa mía, he de admitirlo.


Pero dejaré de preocuparme y mejor voy a ocuparme. Como dice la frase "¿Si  un problema tiene solución, para qué te preocupas?, ¿y si no la tiene, para qué te preocupas?".

21 feb 2012

4. Felicidad y Reflexión

Hoy estoy feliz. En realidad, es un sentimiento que tengo desde que estoy con Adrian. Sinceramente, no hay noche que vaya a dormir sin una sonrisa. Me siento muy bien con él. Cada día nos vamos conociendo un poco más y cada día mi cariño hacia él crece más. No llevamos mucho tiempo de ser novios. Pero ha sido muy enriquecedor y bastante agradable. Ambos estamos aprendiendo del otro, hay una retroalimentación. Esto me parece esencial en una relación. También es imprescindible que ambas partes respeten la individualidad del otro. Esto igualmente sucede con nosotros, pues ambos nos respetamos. Así mismo, ambos nos preocupamos por el otro.

Me han preguntado: si tuviera la oportunidad de regresar con algún ex, estando con mi novio, ¿lo haría? He respondido no. Pienso que lo que pasó con alguien en el pasado, haya sido bueno o malo, fue algo que quedó atrás, que pasó en su momento. Fue una experiencia de la que aprendí y duró lo que tenía que durar. Si regresara con alguno, para mí, sería como retroceder los pasos que he avanzado. Aún más, sería negarme la oportunidad de conocer a ésta persona con la que estoy, sería dejar de aprender, sería rechazar una oportunidad de felicidad. No soy de las personas que se atan a un pasado, ya no más. Es cansado y aburrido. Mirar hacia atrás e ignorando las oportunidades que se nos presentan aquí y ahora, me parece una pérdida de tiempo. He aprendido que no vale la pena reintentar algo que no funcionó antes, nada me asegura que pueda hacerlo una segunda vez, de hecho, es más probable que vuelva a suceder. y también he aprendido a intentar algo nuevo, que puede ser muy fructífero.

Con Adrian, siento que avanzamos juntos, hombro a hombro. Veo muchas cosas buenas en él: su carácter, su humor, su ternura, su manera de pensar. Es alguien importante para mí, en mi corazón tiene un lugar muy especial.

En la noche, al recordar sus besos, sus caricias, su mirada, una sensación de electricidad nace de mi pecho y recorre todo mi cuerpo. Cuando estoy entre sus brazos, la calidez de su pecho me da calor alejando el frío de mi alma. En su ausencia, durante la noche, me refugio en su recuerdo intentando acortar el tiempo lejos de él y mantener tibia el alma.

13 feb 2012

3. Memorias perdidas

El día de hoy me he quedado con la melancolía de un recuerdo perdido, que no logro recordar. ¿Y cómo sé de ese recuerdo? Una amiga mía lo mencionó.

Hace mucho tiempo, alrededor de 12 años, conocí a Liz, una niña que se convertiría en mi mejor amiga. En uno de sus cumpleaños –me ha dicho ella– le regalé un ropero para muñecas que yo misma hice. Pero no lo recuerdo. No sé cómo era, ni cómo lo hice. De hecho, hay muchas cosas que no recuerdo de esa época. Y eso es lo que me deja con melancolía: darme cuenta de muchos recuerdos perdidos.

Como ya he dicho, ella se convirtió en mi mejor amiga. Lo fue por mucho tiempo, incluso cuando ya no estábamos juntas. Teníamos muchas cosas en común, pero un día, discutimos por alguna tontería y así fue que dejamos de hablarnos. Éramos unas niñas muy orgullosas. Ninguna se disculpó por nada, ninguna aceptó haberse equivocado, y mucho menos trató de comprender la opinión de la otra. No pasaron más de tres días cuando, con mucho dolor, decidí olvidarme de todos esos momentos gratos que pasé con ella. Me di cuenta de que había cosas que me recordaban a ella, y así seguirían sucediendo. Eso me producía mucho dolor y tristeza. Llorando, deseé dormir y no recordar nada al despertar. Y así sucedió. Me quedé dormida. Al despertar los recuerdos eran borrosos, y cada día se iban borrando un poco más. Luego de un tiempo, sólo recordaba que ella había sido mi amiga alguna vez, que habíamos discutido y así nos distanciamos.

Ninguna de las dos volvió a hablarle a la otra. Luego de 10 años, tras un periodo de introversión y reflexión como reconocimiento de mí misma, tuve un sueño en el que aparecía ella. Decidí buscarla, aunque no sabía cómo. No tenía su número ni dirección; recurrí a las redes sociales. Recordaba su nombre. Sin embargo, la encontré con su seudónimo luego de ver una foto suya que había publicado su hermano. Pude enviarle un mensaje, el cual me respondió con alegría. Por supuesto, me alegró mucho que lo hiciera. Nos vimos un mes después. Platicando ese día, me di cuenta de que había muchos recuerdos perdidos y otros modificados. Pude recobrar algunos, pero hay muchos que permanecen perdidos, y quizá, aunque Liz me los relate, no los recuperaré.

Era mi gran amiga, la mejor. Perderla me dolió mucho. Pasaron 10 años para que aprendiera la lección. Sé que el orgullo es muy mal consejero, y aunque me duela mucho, sé que si le hago caso, puedo perder algo tan importante como es la amistad.

7 feb 2012

2. Amantes

Mirar por la ventana, ver caer la lluvia a media tarde, sentir que la piel se pone de gallina por el frío. No hay mejor tarde que ésta, apreciando tal paisaje y el clima lluvioso en compañía de una persona muy especial: mi novio, Adrian. Amamos el café, así que nos hemos preparado unas tazas. A pesar del frío, el ambiente en la habitación empieza a tornarse caliente. Estamos solos. En el fondo se escucha la música que sale de los altavoces de la computadora, el reproductor está en modo aleatorio, y la lista de reproducción sólo contiene música rock (desde The Doors hasta metal), es la música que a ambos nos gusta. La combinación perfecta: frío, lluvia y música; combinación inspiradora y excitante.

Ambos estamos frente a la ventana; esta vez la ciudad no se aprecia tan clara. Platicamos de varias cosas, desde los comentarios más insulsos, pasando por recordatorios sobre la escuela, hasta reflexiones sobre películas, libros o algunos cuestionamientos un tanto filosóficos. Compartiendo puntos de vista similares, y sintiendo el frío, nos fuimos acercando, nos abrazamos. Yo me había puesto una manta encima así que cuando nos abrazamos busqué la forma de cubrirlo con ella. Nos besamos. Me encantan sus besos. En seguida comenzaron las caricias, obvio, no podían faltar.

Se escucha de fondo “Light My Fire” de The Doors —no podía ser más apropiada— hacemos una pausa para notar la canción, sin decir ninguna palabra, nos miramos con un gesto cómplice. La temperatura en la habitación ha subido; la manta está en el piso acompañada de algunas prendas que dibujan un camino hacia la cama. En ése punto nos detenemos a mirarnos, a mirar nuestros cuerpos semidesnudos y tibios. Recorremos nuestros cuerpos con suaves caricias y besos; de a poco, nos desprendemos del resto de nuestras prendas. Pero ésta escena aún no llega a su clímax, no antes de una serie más de caricias. Me gusta éste momento previo al acto del amor. Me gusta mirar su cuerpo totalmente desnudo, recorrerlo completo con la mirada, dibujar figuras imaginarias con mis dedos sobre su cuerpo, probar el sabor de su piel con mis labios y mi lengua. Terminar en sus labios mientras jugueteo con su cabello. Se intercambian los papeles, ahora él es quien recorre mi cuerpo, con caricias, besos y mordidas. Y llega el momento clímax. Aunque no será uno solo, lo sé, tras una pausa lo volveremos a hacer.

Y así empieza el acto, así empieza nuestra tarde. Siento su piel rosar la mía, sus labios cálidos besar los míos, y su calor dentro de mí. En éste momento, sólo somos él y yo; nuestros murmullos y respiraciones entrecortadas, excitadas, se entremezclan con la música y el sonido de las gotas de lluvia chocando contra el cristal de la ventana. Somos dos cuerpos, desnudos, que se funden en uno solo en medio de la tenue luz de la tarde que da paso a la noche. Ha dejado de llover pero, afuera, el frío se ha quedado. En la habitación, el ambiente se invade por el calor de dos amantes en su acto.

Al mirar el reloj, éste marca poco más de las 10pm. Tumbados en la cama, abrazados, sintiendo el calor del otro, intercambiando palabras de cariño, las piernas entrelazadas, así, de a poco, nos quedamos dormidos. 
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